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La democracia en peligro

Cuando en los colegios enseñaban “educación cívica” y los abuelos en casa que “La pared y la muralla son el papel de la canalla”, los muros y monumentos de nuestras ciudades no eran pintarrajeados impunemente, como el pedestal de la estatua de Bolívar en Barranquilla, con la consigna de “Todo el poder pal pueblo” y el símbolo comunista de la hoz y el martillo, como telón de fondo de la violenta perorata del presidente Petro en el tal Cabildo Abierto, en el que, además, confesó que “Yo no estoy pidiendo el socialismo…, aunque quisiera”.
 
La verdad, no le creo mucho, y son cada día más los colombianos que tampoco le creen, si es que alguna vez lo hicieron. Parafraseando el conocido adagio del pato -Si camina como pato, nada como pato y grazna como pato… es un pato-; si Petro gobierna a Colombia como socialista, utiliza estrategias socialistas, como la lucha de clases, la tergiversación de la verdad y la ruptura de equilibrios en la democracia; si sus alocuciones son de un socialismo subido y, sobre todo, si confiesa que “quisiera” una Colombia socialista, pues el presidente no está pidiendo el socialismo, lo está imponiendo sin pedirlo… No lo duden.
 
Mi esposa, la senadora y precandidata presidencial por el Centro Democrático, María Fernanda Cabal, recorrió el país alertando a los colombianos sobre la amenaza que tenemos encima, aunque no queramos verla y sigamos de fiesta como la orquesta del Titanic. “La democracia en peligro” es un ensayo de su autoría en el que nos muestra la ruta de lo que, efectivamente, está sucediendo desde que el comunismo abandonó la toma del poder por las armas en Latinoamérica y, por supuesto, en Colombia.
 
Financiación ilegal de campañas para acceder al poder, con petrodólares venezolanos o con narcodólares colombianos; alianzas con dictaduras y, sobre todo, con el narcodictador venezolano, “dialoguitis” con bandas criminales de todos los pelambres, deslegitimación de la Fuerza Pública y legitimación de guardias indígenas, campesinas y todo tipo de organizaciones financiadas con el presupuesto e instrumentalizadas para sus fines.
 
Es la ruta de la dominación socialista, la toma del poder desde adentro de la democracia como Caballo de Troya. El último capítulo del ensayo, “¿Hacia dónde vamos?: El Poder Popular Constituyente”, nos trae, precisamente, a la situación actual: inseguridad y violencia desbordadas, institucionalidad fracturada por el discurso de odio del presidente; desgobierno de un mandatario y un gabinete dedicados al activismo ideológico, una situación fiscal que nos asoma peligrosamente al default; corrupción y escándalos a la orden del día.
 
El último trago de este explosivo coctel sucede ahora mismo; el 1º de mayo en la Plaza de Bolívar en Bogotá, el 21 de mayo en el Paseo Bolívar en Barranquilla, y en todo el país desde marzo de 2024: Adobada con insultos y acusaciones, es la convocatoria del Poder Popular para reemplazar al Congreso que no le obedece al presidente; la amenaza de paro nacional. Lo dijo en Barraquilla con todas las letras: “Si toca ir a una huelga indefinida el presidente no atacará al pueblo jamás, sino que se pondrá al lado del pueblo y, si me van a echar por ello, entonces estalla la revolución en Colombia…”
 
Una vez más el presidente negó la posibilidad de reelección, pero, como dicen los abogados, “Explicación no pedida, acusación manifiesta”. Por eso termino con una pregunta que se hace María Fernanda al final de su ensayo: ¿acaso el presidente quiere generar el caos de otro estallido social para erigirse luego en “salvador” del caos que él mismo propició? ¡Qué duda cabe?, nuestra democracia está en peligro.
 
¡Así NO presidente!
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