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Ventajas de mezclar pastos nativos y sembrados para reducir costos de producción

De acuerdo con lo expuesto por este productor, que antes estaba dedicado a la agricultura, en una nota de La Finca de Hoy, maneja en su finca lechera diversas pasturas para mantener 19 vacas puras.

 

Aunque es común que en las fincas ganaderas se maneje uno o dos tipos de pasto en los potreros destinados al pastoreo de los bovinos, este productor utilizó sus conocimientos sobre los suelos y los pastos nativos que crecen en su finca para aprovechar este recurso natural. (Lea: 5 pastos y árboles que son tendencia entre los ganaderos)

 

Cuenta con 17 hectáreas que están prácticamente todas sembradas en pastos de ladera. En estos momentos tiene sembrados carretón, kikuyo, dátil, poa, raigrás y pasto azul, más otros pastos que nacen en su finca.

 

En total maneja 20 potreros y nueve tipos de pastos diferentes sembrando aquellos que no son nativos sin grandes esfuerzos en mano de obra.

 

La semilla de los pastos a cultivar se la suministra a los animales en la sal mineralizada para que ellos mismos la defequen cuando pastorean y así se plantan en el suelo.

 

De la diversidad de pastos en la finca el poa con 18 % de proteína, el aragúa con 7,5 %, el colorado con 12 % y el kikuyo crecen naturalmente en la zona donde tiene la finca.

 

Teniendo estos y buscando ampliar la variedad nutricional para los animales se siembran el carretón y el raigrás. Además está el pasto de corte imperial 60 para complementar la dieta de los bovinos. (Lea: La ganadería y el cultivo de pasto de corte)

 

Según este productor el raigrás no es muy aguantador, máximo tres cortes y se acaba, mientras que por ejemplo el pasto azul es muy bueno ya que es más constante.

 

 

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