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Cómo hacer que la ingesta de nitrógeno de las vacas sea eficiente

Así lo asegura Chris Reynolds, investigador en fisiología nutricional de rumiantes en la Universidad de Reading, Reino Unido. Reynolds hace parte de uno de los grupos de trabajo del proyecto REDNEX, que está próximo a culminar este año. (Lea: Usar nitrógeno en los forrajes garantiza proteína para las reses)

 

Financiado por la Unión Europea, la iniciativa investigó formas de reducir la excreción de nitrógeno de los animales lecheros. “Nuestro objetivo era buscar enfoques de manejo para que podamos reducir la cantidad de nitrógeno que estamos alimentando a los animales”, explicó el experto.

 

La producción total de leche en la Unión Europea es de 140 millones de toneladas al año. El nitrógeno, absorbido por las vacas lecheras en su concentrado, acaba incorporado principalmente en los aminoácidos que constituyen una parte importante de la leche. Pero grandes cantidades del nitrógeno ingerido, en forma de proteínas, se pierden en el rumen, o primer estómago, y durante la digestión y el metabolismo de la vaca.

 

Los compuestos de nitrógeno –como el amoníaco y el óxido nitroso–, un gas de efecto invernadero más fuerte que el dióxido de carbono, terminan en la atmósfera. Los nitratos se filtran a las aguas subterráneas y a las aguas superficiales, donde estimulan el crecimiento excesivo de plantas que consumen oxígeno y afectan a los animales acuáticos. La desnitrificación, mediante la cual los procesos de oxidación liberan nitrógeno de los nitratos y nitritos, hace que las fuentes naturales de nitrógeno estén menos disponibles para mantener los cultivos. (Lea: Uso de la urea en la alimentación de rumiantes)

 

Un factor importante en el proyecto fue asegurar que la cantidad reducida de nitrógeno no provoque una pérdida en la producción de leche. Por lo tanto, la investigación se centró en mejorar la eficiencia en la absorción de nitrógeno por parte de las vacas, informa Reynolds. “Mejoramos la comprensión de los efectos de las dietas bajas en nitrógeno en el metabolismo de las vacas”. Agregó: “y demostramos que podíamos alimentar esas dietas sin pérdidas sustanciales de proteínas”.

 

 

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