Desde los primeros días de la producción lechera, los ganaderos han sido responsables del mantenimiento de registros de las vacas, pero a menudo no ingresan esos datos correctamente.

Hoy en día, la tecnología permite registrar los datos, a veces cada cinco segundos, y generar gráficos e información para los productores de lácteos. (Lea: Diseñan programa para evaluar movilidad del ganado y detectar cojeras sin podómetros ni collares)

En esta medida, contribuye a minimizar los errores de entrada de datos y los errores del usuario y reduce la cantidad de tiempo que los productores necesitan dedicar a las tareas de mantenimiento de registros, como indicó el Dr. Jeff Weyers.

Entre los instrumentos que puede utilizar un propietario de bovinos al aplicar la ganadería de precisió es un collar ruminal, que utiliza un micrófono para medir la rumia de una vaca lechera para ayudar en el período de transición sin problemas.

Tal como señaló Weyers, los cambios en la rumia pueden ser una señal temprana de enfermedades del parto, impactos negativos de cambios recientes en las raciones, comodidad de la vaca, etc. (Lea: ¿En qué consisten los bolos ruminales y para qué sirven?)

Así pues, conocer los patrones de rumia normales para su vaca lechera específica puede ayudar a mitigar los efectos de factores estresantes manejables, como el estrés por calor. Los datos se pueden usar para ayudar a los productores de leche a tratar a esas vacas y minimizar cualquier impacto negativo.

Podría ser más conveniente para los ganaderos que el bolo ruminal, pues a diferencia de este no se administra a los rumiantes por vía oral, aunque para otros es más seguro por el hecho de ser interno y no poder quitarse ni accidental ni voluntariamente