Ricardo Arenas, médico veterinario experto en calidad de leche y fundador del Consejo Nacional de Mastitis y calidad de Leche (CNLM), explica que el enfriamiento y almacenamiento es una posibilidad de fuente de carga bacteriana para la leche, pues dice que “entre más rápido enfriemos y menos tiempo duremos con la leche almacenada antes de procesarla, obviamente la carga bacteriana será menor”. (Lea: Los problemas más comunes durante el ordeño y sus causas)

Existen en el sector diferentes métodos de enfriamientos, pues hay desde las quebradas que usan desde la antigüedad, hasta equipos muy tecnificados y sofisticados de refrigeración de la leche.

“Este enfriamiento no mejora la calidad de la leche, sino que lo que busca es que simplemente mantiene la calidad de leche que haya obtenido en el ordeño. Si se enfría una leche de baja calidad, el resultado será la misma pero fría”, menciona Arenas.

Es decir, que el enfriamiento lo único que hace es mantener más tiempo esa calidad de leche que se haya obtenido durante el proceso de ordeño. Con la refrigeración, la gran mayoría de las bacterias de la leche no se reproducen en frio. “Este es el único método mundialmente aprobado para conservar la leche cruda”, añade Arenas.

Esta refrigeración tiene cuatro condiciones importantes que se debe tener en cuenta al momento de escoger el sistema que se vaya a usar para la finca. Lea: Estos son los componentes en un sistema de ordeño mecánico tradicional)

“La leche naturalmente tiene más o menos por tres horas una enzima natural que es el sistema lactoperoxidasa, este hace que las bacterias no puedan crecer en esas primeras horas de ordeño, por eso necesitamos enfriar en ese tiempo”, asegura Arenas.