En un sistema de corrales de engorde, un animal sufrirá acidosis subaguda al menos una vez, pues su ocurrencia es prácticamente inevitable durante la adaptación a la nueva dieta con altas cantidades de concentrados.

A pesar de que la acidosis comprende una cantidad de grados, para simplificar puede dividirse en una forma aguda (acidosis clínica) y una subaguda. (Lea: ¿En qué consiste la rumenitis en bovinos y por qué se produce?)

En efecto, no se trata de un desorden único sino que presenta varios niveles de gravedad conforme el problema se intensifica, desde síntomas tan poco evidentes como una reducción del consumo de 0,1 kg/día hasta el más severo que es la muerte del animal.

Los distintos problemas que se asocian con la acidosis incluyen consumo disminuido o suprimido, clostridiosis, absorción obstaculizada, abscesos hepáticos, rumenitis, infosura, poliencefalomacia y síndrome de muerte súbita.

El ganado bovino ha evolucionado como un típico consumidor de forrajes de lenta fermentación en el rumen. El cambio a una dieta con granos altera su ambiente y precipita el sistema hacia la acidosis.