Índice mide resiliencia de cítricos ante cambios climáticos
Publicado por Fedegán on Thursday, 2 January 2020
La mitología clásica cuenta que las “manzanas de oro” les otorgaban a los dioses la eterna juventud. Estas crecían en el jardín de una isla lejana, donde eran custodiadas por las Hespérides –grupo de hermanas ninfas– y el dragón Ladón. Uno de los 12 heroicos trabajos impuestos por la diosa Hera a Hércules fue robar aquellos preciados frutos. Sin embargo, al parecer en realidad no eran manzanas doradas sino naranjas, que no otorgan la eterna juventud, pero sí importantes dosis de vitamina C y fibra, cualidades que la convierten en una de las frutas más consumidas del mundo. (Lea: Frente común contra enfermedad de los cítricos)
De las 300 clases de naranjas que existen, unas 30 son las más comercializadas, pero una en especial, Citrus sinensis L. Osbeck, mejor conocida como naranja Valencia, es de las más apetecidas. Esta variedad se originó en China, se identificó en Portugal antes de 1865 y su nombre común no tiene nada que ver con la Comunidad de Valencia, al sur de España, una de las cinco zonas donde más se produce la fruta; la primera es Brasil.
Según el informe “Mundo-Naranjas-Análisis de mercado, pronóstico, tamaño, tendencias y perspectivas”, publicado en 2017 por la consultora InderBox, el consumo de esta fruta va en aumento (75 millones de toneladas en ese año, un 2 % más que en 2016) especialmente en Brasil, China e India, lo cual representa una gran oportunidad para los citricultores, entre ellos los colombianos.