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La culpa no es de la vaca. El precio de leche

Con la actualización el sistema de pago por calidad de la leche que se encuentra incluido en la Resolución 017 de 2012 por parte del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural el pasado 1 de marzo, entre el desconocimiento, el oportunismo mediático y hasta político muchos pretenden pescar en rio revuelto. Aclaremos de entrada qué con la metodología propia al Índice Compuesto del Sector Lácteo, que hoy nos rige, lo que se actualizó fue el valor de los gramos de grasa, proteína y solidos totales de la leche cruda en finca.

 

Haciendo memoria de cuando ingresé al sector, recuerdo que el precio de la leche cruda al productor se definía en los años ochenta, como mínimo el 70% del precio de la leche pasteurizada en bolsa al consumidor, menos alrededor del 2% por costos de recolección. Así las cosas, y debido a que en esa época la gran mayoría del consumo industrializado de leche era en esta presentación, era relativamente fácil conocer el precio de la leche pagado en la puerta de las fincas productoras.

 

En aquella época el mercado era puramente nacional y generalmente deficitario en volúmenes producidos. Existían unas épocas de gran escasez donde los productores ganaderos presionaban el precio de leche al alza y algunas pocas épocas “abundancia” o mejor aún, excedentes por bajos consumos en épocas de vacaciones de diciembre y enero en donde veíamos “botar” leche y crisis en algunos negocios de compra, así como la “venganza” de la industria bajando su precio de compra al ganadero.

 

Estas enlechadas se veían regionalizadas entre razones, porque la calidad de la leche de ese entonces, las vías de comunicación y la escasa red de frio, dificultaban el traslado de leches crudas desde regiones distantes. En aquellos años, recuerdo como testigo de excepción, que desde la industria se insistía a los ganaderos que eran ineficientes e improductivos, invitándolos permanentemente a producir más en sus fincas.

 

 

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