¿Conoce usted los tipos de fracturas en caballos?
Publicado por Fedegán on Tuesday, 6 July 2021
Las más comunes influyen los huesos distales de las extremidades. Las fracturas pueden producirse ya sea como resultado de un trauma directo o como consecuencia de una caída, golpe o patada durante el ejercicio intenso. (Lea: Fracturas en extremidades de machos reproductores)
Según lo explicado Equisan.com, existen ocho fracturas que son muy comunes en los caballos:
Fracturas de tejuelo: Suelen producirse por la contusión sobre una superficie irregular y dura. Si la fractura no afecta también al hueso navicular, se pueden curar bien con reposo prolongado y la aplicación de una herradura especifica. Si la fractura afecta a la articulación interfalangiana distal, el pronóstico es reservado. Especialmente en estas últimas suele ser necesaria la fijación con tornillos.
Fracturas de la región de la cuartilla: Afectan con mayor frecuencia la primera falange. Son generalmente longitudinales y se extienden hacia abajo desde la articulación del menudillo. Pueden ser incompleta o completa, desplazada o no desplazada, simple o conminuta. Algunas simples y sin desplazamiento curan bien con un vendaje y descanso, pero la mayoría deben ser reparadas con mayor rapidez y con menos riesgo de complicaciones secundarias mediante tornillos de fijación. Las fracturas conminutas de la cuartilla y la corona tienen un mal pronóstico para la actividad deportiva.
Fracturas de los huesos sesamoideos: Los pequeños huesos sesamoideos en la parte posteior del menudillo actúan en forma de polea para el ligamento suspensor. Las fracturas de estos huesos se producen con bastante frecuencia en los potros jóvenes, al igual que las fracturas por avulsión de la inserción del ligamento suspensor.
Pueden causar dolor y cojera, pero muchas pasan desapercibidas hasta que se realizan posteriormente estudios radiológicos por algún otro motivo. Cuando se producen en los caballos adultos, las fracturas de los huesos sesamoideos pueden dar lugar a coger crónica o recurrente. En los potros, las pequeñas fracturas apicales, por lo general tienen un buen pronóstico con el tratamiento apropiado como reposo y vendaje, pero cuando los fragmentos son grandes el pronóstico empeora.