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En el punto ciego

Vencido el plazo del 3 de agosto para una segunda renovación del cese al fuego con el ELN, la situación se complicó, porque el proceso, que logró 28 acuerdos suscritos y llegó al séptimo ciclo de diálogos en Caracas en el mes de mayo, desde entonces está congelado por el ELN, que acusa al Gobierno de perfidia por adelantar negociaciones separadas con el frente disidente “Comuneros del Sur” en Nariño.
 
Así las cosas, las negociaciones están en un callejón sin salida, pues el ELN acusa a la contraparte de romper la bilateralidad, como ya lo hizo en enero de 2023, cuando el Gobierno pretendió meter al ELN en el mismo costal con otros grupos ilegales y declaró por decreto el cese al fuego, pulso que ganaron los elenos con la derogación del decreto.
 
Ante la crisis, diferentes sectores han exhortado a la Mesa de Negociaciones a lograr una reunión extraordinaria que permita concertar la prórroga. Sin embargo, no es apenas un asunto logístico, sino de los muchos pendientes que están sobre la Mesa para acordar una prórroga que no sea más que una claudicación gubernamental para “sostener la caña”.
 
Primero: No es un asunto menor la compleja situación interna de Venezuela, uno de los principales países garantes. Lo aconsejable es esperar a que haya claridad sobre su situación política.
 
Segundo: El Sexto Congreso del ELN se realizó en junio y había expectativas sobre sus pronunciamientos para superar la crisis, pero no dio luz alguna. Más allá de la retórica “voluntad de paz” de siempre, acompañada de los mismos cuestionamientos y la ratificación de la continuidad de la lucha armada, guardó silencio sobre el secuestro, las extorsiones, los hostigamientos a la población y la violación sistemática de los DD HH en las regiones donde ejercen control territorial para proteger rentas ilícitas.
 
Tercero: Congeladas las negociaciones, también lo está el Mecanismo de Monitoreo y Verificación, sin el cual el cese al fuego es una burla. De Hecho, el MMV ha sido saboteado por el ELN desde octubre de 2023, con cientos de casos de incumplimientos sin evaluar y sin pronunciamiento de la Misión de la ONU, su vocero oficial.
 
Cuarto: La situación es dramática en los territorios, pues la condición actual de “cese al fuego” no se compadece con la realidad de violencia desbordada. Sigue pendiente la situación de los secuestros en Arauca y la eventual responsabilidad del ELN en el cierre, por extorsión sostenida, de la extractora de aceite de Palma en el Catatumbo, que compromete miles de empleos, como se evidenció en una marcha multitudinaria en Tibú, una región que lucha por sacudirse la maldición del narcotráfico.
 
La pregunta es: En un escenario de suspensión de negociaciones y de cese al fuego… ¿qué hará el ELN el 4 de agosto? ¿Acaso soportaremos una escalada de secuestros y violencia?, ¿acaso es eso lo que buscan? Las FF AA están advertidas de la “lógica del terror” con la que pretenden ablandar al gobierno y a la sociedad.
 
Tantos pendientes colocan al proceso en un “punto ciego”. Así se lo manifesté al presidente Petro para que considere una eventual suspensión por parte del Gobierno, no impuesta por el ELN, hasta despejar los obstáculos a las negociaciones.
 
Mi gran preocupación: Existe una dicotomía entre la actitud de los negociadores del ELN, con disposición de diálogo en medio de grandes diferencias, y los pronunciamientos de su Sexto Congreso, duros, belicistas y totalmente mudos sobre los compromisos que la Mesa y el país esperan para lograr las transformaciones que lo conduzcan a la paz.
 
¿Con cuál ELN estamos negociando para salir del punto ciego?
 
@jflafaurie
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