Como autoridad sanitaria, la entidad certifica a los laboratorios productores de la vacuna contra fiebre aftosa que se aplica durante las campañas que se hacen semestralmente, así como verifica y aprueba lote a lote que todas las dosis tengan los mismos estándares de calidad.

La aplicación de este biológico en los ciclos de vacunación constituye una obligación, pero en general la implementación de las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) incluye la planeación y ejecución de planes sanitarios en predios que implican otras vacunas y medicamentos.

Los expertos recuerdan que el suministro o aplicación de cualquier producto, por tratarse de un elemento externo, puede causar una reacción del animal. (Lea: “Cerramos la brecha para identificar los predios que negocian ganado de contrabando”: Lafaurie)

Advierten que cuando se presenta una reacción individual a un medicamento, biológico o desparasitante, es difícil de predecir a menos que se hayan tenido experiencias previas y se tenga conocimiento de la hipersensibilidad del animal a dicho producto.

Por ello, es muy importante que el ganadero observe los animales luego del suministro o aplicación de cualquier producto, que esté atento a posibles cambios en el comportamiento, se asesore oportunamente y lleve registro de los casos para evitar inconvenientes futuros.