Aunque parezca increíble, una de las situaciones más frecuentes que se da en los predios es la ingesta de elementos cortopunzantes por parte de los bovinos, lo que pone en riesgo su vida y de allí que se insista tanto en la importancia del frecuente y correcto aseo que se les debe dar. 

 

Al presentarse un hecho de esta índole, el semoviente puede padecer la enfermedad del retículo pericarditis traumática, más conocida como ‘vaca clavada’. El mal se produce por ingesta de cuerpos extraños y largos como clavos, agujas o grapas que ponen en serio riesgo la integridad del semoviente. (Lea: Peste boba, una enfermedad que afecta a los terneros)

 

John Perdomo, médico veterinario en el departamento del Caquetá, aseveró que si el semoviente presenta disminución del apetito, falta de producción de leche, fiebre, frecuencia cardíaca y respiratoria alta, codos separados del cuerpo del animal, postura arqueada, disminución de los movimientos ruminales con o sin timpanismo, heces escasas, secas, dolor abdominal, incrementos de la frecuencia cardíaca y respiratoria, se debe prestar atención pues son todos signos de alarma.