Hugo Durán Martínez, ingeniero agrícola, indica que “si esta información no está debidamente presentada, las empresas empiezan a perder clientes. Ahí radica la explicación de la fecha de vencimiento, cantidad de grasas, sal, contenido de carbohidrato y una cantidad de aspectos que repercuten mucho”. (Lea: Hábitos de consumo)

El profesional asegura que esta es la razón por la cual los ganaderos deben comprenden que ya no venden un animal, sino que se vende la seguridad alimentaria de una población importante del mundo.

Esto quiere decir, que “las marcas ya no son más lo que dicen sus fabricantes a los consumidores, sino es lo que los consumidores se dicen entre ellos por la redes sociales sobre las marcas, creando así un punto importante que es el poder de las conversaciones en el mundo digital”, explica Durán Martínez, quien hace énfasis en que cerca del 60 % de la población está definida entre millenials y centennials, nuevas generaciones que emiten sus opiniones a través de las redes sociales. (Lea: Millennials y centennials, generaciones con nuevas exigencias en el consumo de carne)

En este punto radica el por qué cada vez con mayor frecuencia, la marca tiene mayores exigencias en los protocolos de producción para que no haya comentarios negativos y se creen reputaciones poco favorables.

“Para el nuevo consumidor y para los que están dominando los mercados, es imprescindible la trazabilidad y la certificación que acredite seguridad. Es por esto que debemos estar preparados para que nos pidan todo, esto implica cuidar el ambiente, la huella del carbono y la hídrica, el bienestar animal, condiciones sociales como libre de trabajo de esclavitud infantil, aspectos de salud, etc”, expone Durán Martínez.