El fuerte invierno de las últimas semanas obligó a las autoridades sanitarias y los comités ganaderos ejecutores a interrumpir el primer ciclo de vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis bovina de 2017.

 

Las condiciones climáticas se habían agravado tanto que la suspensión era previsible, pues numerosos predios se inundaron lo que obligó el traslado de ganados a zonas más secas. (Lea: El país ganadero está azotado por el fuerte invierno)

 

Por eso, el pasado viernes 26 de mayo, el ICA expidió la resolución 6481 de 2017 que suspende el ciclo 2017-I, por solicitud de las organizaciones ganaderas ejecutoras, OEGAs, y de los coordinadores técnicos de la Cuenta Nacional de Carne y Leche, CNCL, actual operadora del ciclo.

 

La norma determina que el ciclo se detenga en los 3 departamentos del Eje Cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda), así como en algunos municipios y veredas de Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca y Santander.

 

De acuerdo a un breve comunicado, la suspensión se hizo “en consideración a los problemas derivados por la presencia del invierno en dichas áreas donde se hace en el momento imposible adelantar la vacunación, ya sea por acceso, dificultades de manejo de los animales en los predios y/o la condición de los semovientes para su adecuada vacunación”.