Sergio Mejía, investigador PhD en el área de pasturas y forrajes en el C.I. Turipaná de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, coordina este proyecto desde hace 6 años con el fin de mejorar las ganancias de peso anuales.

 

“Estamos hablando de cuadruplicar o quintuplicar la producción. El modelo está basado en un sistema rotacional de potreros de 2.500 m2 con 3 días de ocupación y 21 días de descanso”, precisó. (Reportaje: Rotación de potreros, herramienta para incrementar la producción)

 

El experto manifestó que se utilizan pastos estrella y guinea para alimentar a ejemplares F1 Brahman por Romosinuano, aprovechando el vigor híbrido, la resistencia del bos indicus y la calidad de la carne de la raza criolla.

 

“Se maneja una carga fija de 4 animales por hectárea, que entran con un peso promedio de 220 a 230 kg con edad máxima de 1 año. En el sistema, duran otro año para completar su ciclo de ceba, y los estamos sacando no mayores a 24 meses con un promedio de 450-460 kg”, agregó.

 

Mejía aclaró que el modelo no usa ningún tipo de herbicidas ni fertilizantes, sino que el suelo se recupera con las bostas y la orina del ganado, de modo que “entran más nutrientes de los que salen”. (Lea: Aprenda a aplicar el pastoreo de ultra alta densidad)

 

Además de los terrenos del centro de investigación Turipaná, este sistema también ha sido aplicado en la ganadería El Rosario, en Montería, Córdoba. Paul Rodríguez, su propietario y líder del clúster cárnico del Caribe, habló sobre las bondades del proyecto.