En Argentina y España, entro otros países, se impulsa el uso de cepillos eléctricos que rascan cada una de las vacas que se aproximan a ellos en corrales y potreros. 

 

Algunos cumplen la función sencilla de rascar con un único movimiento y otros hacen rotaciones que cubren todo el cuerpo del semoviente. La complacencia de los rumiantes se verá reflejada en su estado de ánimo para iniciar un periodo de celo, preñarse y aumentar la producción láctea.

 

Fredy Enrique García, médico veterinario e investigador Phd de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, en el centro de Tibaitatá, confirmó lo anterior al mencionar que resulta “motivante tener espacios donde las vacas puedan acicalarse o rascarse”.

 

Por ello, invitó a los ganaderos de Colombia a entender el bienestar animal como una estrategia económica en la que se pueden emplear rascadores criollos hechos en las fincas con troncos de árbol y materiales que no lastimen a las vacas. (Lea: Castración de novillos, una práctica que no aporta a la ganadería)