La papilomatosis bovina es una enfermedad causada por un virus perteneciente a la familia Papilomaviridae que causa neoplasias cutáneas, las comúnmente conocidas verrugas, tanto en la piel como en las membranas mucosas de especies de animales domésticos.

El virus permanece viable por largo tiempo, favoreciendo la trasmisión de la enfermedad en bovinos, especialmente los jóvenes de diferentes razas y cruces. (Lea: ¿A qué edad son más susceptibles los terneros de infectarse con Cryptosporidium?)

Existen seis diferentes variantes del virus: tipo 1 y 2 afecta la cabeza, el cuello, el pene y la mucosa vaginal; el 3 afecta la piel; el 4, el tracto alimenticio; el 5 se manifiesta en los pezones como granos de arroz, y el 6 como formas aplanadas en los mismos órganos.

El trabajo “Valoración de la eficacia del cobre contra la papilomatosis bovina en el departamento del Cauca” de Valencia y otros determinar la efectividad del cobre como terapéutica alternativa para el control de la papilomatosis bovina.

Los autores explicaron que se han sugerido múltiples tratamientos pero la efectividad reportada ha sido variable. Entre los más reconocidos están la intervención quirúrgica, las vacunas autógenas, la auto hemoterapia e incluso tratamientos homeopáticos.

Para el estudio, se evaluaron 4 tratamientos en animales que no habían recibido vacuna o algún tratamiento contra papilomatosis cutánea previamente y que sufrían de distinto tipo de afección. (Lea: La papilomatosis, una enfermedad que ataca al ganado joven)

Los tratamientos fueron aplicación de agua destilada 10 ml vía subcutánea una sola dosis; arete de alambre de cobre colocado en el pabellón auricular; histovacuna contra la papilomatosis bovina 5 ml cada 15 días en dos aplicaciones vía subcutánea; y diaceturato de 4.4 Diazoaminodibenzamidina al 7 %, 3,5 mg/kg de peso vía intramuscular cada 8 días.