Jhon Londoño Sossa, médico veterinario zootecnista y consultor internacional en reproducción ganado de leche y carne, indica en una charla con Fedegán que “actualmente tenemos un consumidor que le interesa saber de dónde viene la leche. Es un consumidor que quiere saber si esta tiene sello verde, trazabilidad y si es libre de medicamentos”. (Lea: El mundo va a seguir consumiendo leche)

De acuerdo con el profesional, se pasó de un consumidor al que no le interesaba el origen de la leche que estaba llevando a su casa, por un consumidor experto que se presenta gracias a una evolución en el conocimiento.

“Hoy por hoy es muy importante y demandante, que desde el punto de vista de mercadeo y del consumidor, se tenga claro qué es lo que estamos llevando a casa, por lo cual la reproducción y la ganadería de leche no se han quedado atrás, porque en alguna época nuestros viejos nos decían que el negocio lechero era tan bueno que la mitad de los ingresos se iba para el bolsillo y la otra para las inversiones de la finca”, describe Londoño Sossa.

Esta situación es completamente distinta en la actualidad debido a que ninguno de los productores puede decir que el negocio funciona de esa manera, sino que todos son conscientes que es una actividad productiva con márgenes cada vez más estrechos, en el que la eficiencia se determina entre tener un buen flujo de caja o cerrar las explotaciones lecheras. (Lea: ¿Cómo impulsar el consumo de lácteos en las personas de menos ingresos?)

Entonces para hacer ese cambio y analizar qué se puede hacer se necesita de “disposición, valentía, disciplina y consistencia. La primera porque la mayoría de las prácticas que se tienen hoy en día son adquiridas de los papás o los abuelos, por lo que la forma en la que manejamos el día a día del hato lechero viene de ahí, es por esto que cambiar la mentalidad es bastante complejo”, expone Londoño Sossa.