Manuel Castillo, representante legal de la asociación, aseguró que los 43 pequeños ganaderos y agricultores que hacen parte de esta comunidad tuvieron enormes pérdidas económicas como consecuencia del inclemente verano.

 

“Debido al cambio climático, hemos perdido todos los esfuerzos de casi 10 años de trabajo. No hemos podido lograr asentarnos y ser la vitrina agrícola y pecuaria del departamento. (…) Se nos murieron muchos animales, porque nos quedamos sin agua y sin pastos a raíz de la sequía”, declaró. (Lea: Ganaderos de Atlántico reclaman una política seria del Gobierno)

 

Los miembros de la comunidad que está ubicada en el corregimiento de Hibaracho llegaron de casi todo el Caribe colombiano, desplazados por la violencia. Campesinos de Bolívar, Cesar, Córdoba y Sucre se instalaron en esa tierra huyendo del terror.

 

En su momento, recibieron el apoyo de entidades como el Banco Agrario y el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, que les facilitaron recursos para iniciar proyectos agropecuarios en esta región poco después de la ola invernal de 2010-2011.