Rodolfo Guzmán Arteaga*, ganadero de Nemocón, Cundinamarca, denunció que la empresa que compra la leche que él produce no reconoce las bonificaciones por calidad sanitaria, a pesar de que su finca está certificada como hato libre de brucelosis y tuberculosis.

 

“Yo les he pasado los certificados de brucelosis y tuberculosis y no la pagan o no está discriminado en el recibo. Ellos me dijeron que sí, que habían subido los $20 aunque en la liquidación no aparece”, afirmó. (Reportaje: ¿Cuál es la estructura de costos de los productores lecheros?)

 

A Guillermo Espinosa Rozo*, ubicado en Chiquinquirá, Boyacá, también le sucede lo mismo. Manifestó que la empresa que le compra el lácteo solamente relaciona la retención en la fuente y la Cuota de Fomento Lechero. Ni rastro de las bonificaciones que debería recibir por recuento de células somáticas y UFC.