“El problema es que no hay unión y por eso no se previene el verano. El ganadero se acuerda de la sequía cuando las vacas se le mueren de hambre y de sed, pero apenas llueve se le olvida que el próximo año volverá esa temporada de escasez y, al paso que vamos, esta actividad será menos rentable. El primer paso es tener provisiones de agua y comida”, indicó en diálogo con CONtexto ganadero Mario José Donato, médico veterinario de la Universidad de Córdoba y profesor adscrito de la Universidad Nacional de Colombia.

 

El experto explicó que los productores deben guardar comida, en especial cuando están en época abundancia, en aras de que las consecuencias económicas y productivas no se vean en el futuro.

 

Donato reiteró que los ganaderos tienen múltiples herramientas para la preservación de alimentos bovinos. (Lea: Entregan 334 toros élite para mejorar líneas cárnica y lechera)