Al momento de comprar o preparar un silo de cualquier especie, el productor está expuesto a beneficiarse porque se convierte en su mejor aliado nutricional para los bovinos, pero también puede ser su peor enemigo su contiene las temidas micotoxinas que producen los hongos, que vienen con la especie o que se desarrollan en el proceso de ensilado, pero que pueden matar al animal. (Lea: Conozca la ocurrencia y efectos de las micotoxinas en ensilaje)

Juan Vicente Gonzáles Martín explica en la Revista Frisona que los efectos de las micotoxinas en la producción láctea son muy variados, pues existen unas como las aflatoxinas que puede contaminar la leche lo que imposibilita su consumo.

Pero hay otro tipo de mixotoxinas que pueden producir problemas reproductivos como infertilidad o abortos, otras pueden generar grangrenas, inmunodepresión, hepatotoxicidad, etc.

De acuerdo al experto, “todos los que trabajamos con ganado lechero alimentado con silos experimentados continuamente estos problemas y por ello el análisis rutinario de los forrajes frescos y los silos terminados para determinar la posible contaminación por hongos y micotoxinas, que son prácticamente habituales en todas las granjas lecheras”.

Sin embargo, los problemas médicos con los silos no solo están relacionados con los hongos, pues hay bacterias que también pueden causar grabes afectaciones, pero son menos comunes. Una de estas es la conocida Clostridium botulinum, que es una de las toxinas más potentes que existen en la naturaleza y causante de la enfermedad conocida como botulismo.

Aunque la enfermedad en los bovinos es poco frecuente, es una bacteria que se encuentra en el suelo y que puede afectar a cualquier animal. Cuando las condiciones para su crecimiento no son adecuadas, esta bacteria forma esporas y así resiste hasta más de 30 años debido a que las esporas son muy resistentes a altas temperaturas.