El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) continúa aplicando los cierres a los mataderos que no cumplen con los requisitos establecidos en el Decreto 1500 de 2007, que entró en vigor en agosto de 2016, y demás normas reglamentarias.

La entidad trabaja desde hace más de 6 años para verificar si los mataderos están cumpliendo con el procesamiento de carne y productos cárnicos procedentes de animales. (Lea: Sacrificio de bovinos apenas creció en enero pero sigue bajo frente a otros años)

Mientras que en 2016 se cerraron 74 mataderos y en 2017 se alcanzó el máximo de 105, en 2018 esta cifra cayó a 54. Al año siguiente creció ligeramente a 56, mientras que en 2020, en el primer año de la pandemia, los cierres se redujeron a 34.

En 2021 se clausuraron 41 sitios, mientras que en 2022 la entidad inspeccionó y ordenó el cerramiento de 40 establecimientos. En los primeros 31 días de 2023, el Invima determinó la suspensión de actividades de 5 plantas de beneficio de animal.

De estas, 3 corresponden al beneficio de bovinos y son la Planta de Sacrificio y Faneado de Chía (Cundinamarca), la Central de Sacrificio de Risaralda S. A. en Belén de Umbría (Risaralda) y la Central de Sacrificio Animal de Anserma (Caldas), esta última también de porcinos.