Desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de este año, al país ingresaron 25 mil 471 toneladas de derivados lácteos, que costaron más de USD 61 millones 291 mil. Esto representa una caída de 4% en cuanto a toneladas, y de 11 % en el costo con respecto al mismo periodo del 2017.

 

Entre los productos, poco más de 18 mil 322 toneladas corresponden a leche en polvo entera y descremada, 4.878 fueron lactosueros y 1.975 fueron quesos, entre fresco, rallado o en polvo, fundido y los demás. (Lea: En abril importaciones de derivados lácteos subieron casi un 90 %)

 

La leve caída con respecto a 2017 se debe principalmente al precio internacional de la leche en polvo entera, que se mantuvo por encima de 3.000 dólares por tonelada durante todo el semestre y alcanzó los 3.300 en abril, y cayó a 3.189 a mediados de junio.

 

En cambio, la leche descremada registró un menor valor y fluctuó entre los USD 1.699 a comienzos de año hasta los 2.051 a principios de junio. Por eso, mientras que la industria importó más de 10 mil toneladas de leche en polvo entera a junio de 2017, para este año bajaron a 6.903, y de descremada ingresaron más 11 mil 419, casi 3 mil toneladas más.