Para algunos pequeños y medianos productores pecuarios es urgente la necesidad de adquirir recursos financieros para poder solventar problemas, velar por el bienestar y la rentabilidad del negocio.

 

Iván Tamayo, ganadero de Curumaní, solicitó un préstamo a principios de 2014 para realizar un pozo profundo en su finca y así darle agua a sus animales y regar sus cultivos. Pasaron 6 meses y no obtuvo respuesta alguna del proceso. (Lea: 89 % del sector rural no accedió a créditos, según Censo Agropecuario)

 

“Me pidieron mucho papeles, entre ellos los permisos y estudios para poder hacer el pozo. Me tocó contratar a un evaluador y a un contador para que me ayudaran, me gasté casi $500 mil pesos para que al final me dijeran que los balances no me daban y que me habían rechazado la solicitud”, aseguró Tamayo.