Celeste Volpe de Llinás, una ganadera de tradición en Sabanalarga, reveló su profunda inconformidad con el costo mensual de la energía eléctrica, aun cuando no cuenta con ordeño mecánico ni ha adquirido otro tipo de equipos, si no que intenta siempre regular el uso.

“En la finca, pago entre $600 y $690 mil, a veces son $630, otras $680. No alcanza a los $700 mil porque uno trata de ahorrar, lo que más gasta son las bombas para sacar agua, entonces uno trata de no gastar agua”, indicó. (Lea: Alza en tarifas de energía afectará a ganaderos del Caribe)

Volpe sostuvo que hace 2 años, el recibo de la luz se ubicada en un mínimo de $350 y máximo de $400 mil, pero con el paso del tiempo, ha subido de forma exorbitante. Mientras que en este lapso los costos fijos se han duplicado, el negocio no ha crecido de la misma manera.

“Con la venta de la leche, uno no alcanza a cubrir todos los gastos, empezando por los impuestos. Si pagaran la leche a $1.300, de pronto podría sostenerme, pero con el transporte y los demás descuentos, queda en poco más de $900, entonces no da para prestaciones y demás”, señaló.