Ya han transcurrido 44 días desde que se reportó el caso el pasado 18 de julio, cuando el Ministerio de Agricultura informó la aparición de dos focos, en Tibacuy, Cundinamarca, y en Norte de Santander. (Lea: ¿Quién se acuerda de Tame?)

 

Aunque en un principio el titular de la cartera, Aurelio Iragorri, aseguró que se trató de contrabandistas que ingresaron ganado desde Venezuela al interior del país, las investigaciones concluyeron que el virus ingresó de forma mecánica, en algún objeto o prenda que portaban los pobladores.

 

Si bien fue la zona menos afectada en cuanto al número de bovinos sacrificados (163), los propietarios de ganado están viviendo el mismo drama de sus compañeros en Tame, Yacopí, Caparrapí y Cúcuta.

 

Para Jaime Rodríguez*, productor de TIbacuy, la angustia se está transformando en impaciencia porque no ha tenido noticias de cuándo le darán la indemnización por sus 15 reses sacrificadas ni de cuánto es el monto.

 

“Han sido días difíciles, los ganaderos están muy afectados. Es una situación muy dura”, declaró el ganadero. (Lea: Ofrecimientos del ministro Iragorri en Yacopí y Caparrapí se quedaron en palabras)