Para Zapata, no hay duda que la reglamentación de las plantas de beneficio animal era una necesidad urgente para Colombia, ante las falencias en términos sanitarios e higiénicos en la preparación de canales y comercialización de la carne.

“Cuando hacen exámenes microbiológicos en puntos de sacrificio no autorizados, en las aguas que se utilizan para los lavados, encuentran desechos orgánicos altamente contaminantes”, señaló. (Lea: 5 imperfecciones estructurales de la cadena cárnica colombiana)

El representante legal de Frigotún reveló que desde hace varios años vienen cumpliendo con todas las exigencias consignadas en el decreto, haciendo adecuaciones en infraestructura y en los procesos para certificarse en las 2 líneas: bovinos y porcinos.

En mayo de 2017 el Invima les dio una autorización sanitaria provisional por un año de acuerdo a lo establecido en el Decreto 1282 de 2016, que prorrogó los permisos para las plantas que habían presentado Plan Gradual de Cumplimiento. Esta luego fue extendida hasta septiembre de 2019.