Así como cualquier empresa, la finca ganadera tiene costos que afectan la rentabilidad del negocio, más aún porque su propietario debe lidiar con numerosos factores ajenos a su control. (Lea: ¿Es posible el control de costos en lecherías especializadas?)

En 1997, el ingeniero agrónomo de Argentina Fernando Ravaglia escribió el artículo “Los costos ocultos del tambo” donde advierte cuáles podrían ser los gastos invisibles, además de aquellos que son más evidentes: alimentos, insumos, impuestos, sueldos, combustibles, entre otros.

El experto señaló que los costos ocultos se pueden presentar en las labranzas (¿cómo se puede cuantificar?), los intervalos de partos (aunque se ha aproximado el valor de un día abierto), suplementación (¿todas las vacas suplementadas producen lo mismo?), las caminatas excesivas de los animales en el predio y las reservas de alimentos.