Así lo reconocieron líderes gremiales que vivieron en la época del brote de aftosa que se reportó en Cundinamarca entre 1985 y 1986, cuando el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, entidad sanitaria del Gobierno Nacional, manejaba exclusivamente la vacunación de enfermedades animales.­­ (Lea: "Reunión busca generar fracturas al interior del sector": Lafaurie)

 

Luego de este episodio, los ganaderos conformaron comités y asociaciones para hacer control sobre la vacunación, con apoyo del gremio cúpula de la ganadería que no solo se encargó, desde 2007, de la distribución de las dosis, sino de ofrecer un precio justo a los productores para que tuvieran la certeza de que sus animales quedaran inmunizados en el momento indicado y por vacunadores preparados.

 

El resultado de la cobertura fue eficiente, según los productores, a tal punto que 2 años después el país fue declaro libre de fiebre aftosa con vacunación por la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE.