Kunst (2003) explicó que la oferta de forraje se expresa a través de la disponibilidad de recursos forrajeros, entre los que están las pasturas, las reservas y los suplementos. La demanda se expresa a través de los requerimientos como mantenimiento y producción.

Los ajustes en la alimentación en un establecimiento ganadero se basan en información registrada diaria o semanalmente, pero la oferta de forraje no puede ser modificada. (Lea: Ganadero: vigile el balance de forraje y concentrado para sus bovinos)

Por su parte, un artículo del equipo Proyecto Fertilizar del INTA argumentó que “la mejor forma de saber como anda de pasto es midiéndolo, y luego, según la carga animal, podrá saber si alcanza o no”. Esta metodología se denomina balance forrajero.

La herramienta permite ajustar la carga animal y brinda información fundamental para la toma de decisiones vinculadas al manejo de la alimentación. Aquí puede ver un método para saber en momentos puntuales si el forraje disponible alcanza para cubrir la carga actual.