El portal Ganadería Regenerativa retomó el diálogo entre Manuel Molina y el genetista Ray Rodríguez, donde llegaron a a la conclusión que muchas ganaderías no ven el lado productivo de la hembra. (Lea: 8 cualidades que usted debe saber sobre el semen del toro)

Molina está convencido que la mayoría de los ganaderos han estado usando toros “terminales” desde la década del 70. Desde la llegada de las razas continentales a los Estados Unidos. Fue una manera muy fácil de incrementar pesos al desahije/destete.

Para ese tiempo se comenzaron las pruebas de comportamiento y progenie y muchos ganaderos se dejaron llevar por la meta de peso al destete más y más altos. Claro, se subió el peso al destete, pues es fácil conseguir toros con más y más crecimiento. En verdad estábamos haciendo un programa “terminal”.

El problema es que no estábamos mercadeando de forma “terminal”. Nos estábamos quedando con las novillas como reemplazos. De esa manera el tamaño de la vaca y su producción de leche también incrementó. (Lea: Toro alfa es capaz de preñar a una vacada numerosa)

“Yo no veo problemas con usar ese tipo de programas, si venden los machos y las hembras al mercado. En verdad es una buena alternativa para muchos productores. Es muy fácil conseguir toros para programas terminales. Los DEP (Diferencia Esperada de Progiene) de ahora se prestan mucho para seleccionar toros por sus rasgos de crecimiento y calidad cárnica. Yo conozco muchos ganaderos que compran vacas como reemplazos y hacen cruzas terminales y venden toda su producción. Las vacas son solo vacas y los novillos tienen crecimiento y calidad cárnica aceptable. En donde hay vacas disponibles de buena productividad y fertilidad es un negocio bueno”, detalló.