La entrada ilegal de bovinos a través de las fronteras no es ni mucho reciente, como tampoco lo es la de otros productos, ni las quejas en ese sentido. Sin embargo, y a pesar de las insistentes quejas de los distintos actores, los avances para ponerle freno parecen no ser suficientes, lacerando los intereses de quienes se dedican a estas actividades productivas.  

 

La extensión de las zonas de frontera de Colombia es una de las causas que ayudan a quienes han optado por dedicarse a ingresar al país animales con el ánimo de venderlos y/o sacrificarlos para obtener réditos económicos. (Lea: Las rutas por donde se mueve el negocio ilegal de la carne en Venezuela)

 

“El tema siempre ha merecido nuestra mayor atención, no así la del Gobierno que parece no tener en su lista de prioridades situaciones que como esta, ponen en riesgo aspectos tan importantes como la salud de los consumidores y una eventual pérdida del estatus sanitario”, manifestó en el pasado reciente José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán.