Sin embargo, la zozobra por la que pasan tanto la vaca como la cría cuando son separadas drásticamente disminuyendo en gran medida el consumo de alimento de ambos y en consecuencia su peso ya no es un problema en la finca Los Eucaliptos, ubicada en la vereda La Estrella del municipio de Cáqueza.

Desde hace algún tiempo su propietaria, Carmen Tulia Castro Ortiz, ha implementado una serie de acciones relacionadas con la alimentación y el cuidado de los animales desde el mismo instante en que ocurre el parto.

Cuando recién nacen no arrima el becerro a amamantar sino que los amarra dentro del brete y la vaca va al pie lamiendo a su cría y de esta manera va soltando la leche. (Lea: 10 claves para hacer del destete una transición cómoda y tranquila)

Después que le saca la primera cantidad de leche le suelta el becerro para que lo amamante con el resto de leche que todavía tiene. Siempre se deja una tercera parte de leche a la cría, indicó la ganadera en una nota del programa La Finca de Hoy.

El protocolo de la relación madre e hijo se ve intervenida desde los primeros minutos de vida de la cría con lo cual se busca romper con los lazos de dependencia que se van creando alrededor de ese momento culmen que es la alimentación.

Empieza a hacer el destete lentamente a partir de los tres meses, disminuyéndole la leche y poco a poco se le va quitando la costumbre de acercarlo a la vaca y a los cinco meses lo acerca una sola vez y a los siete meses ya se retira definitivamente.

La leche que paulatinamente el ternero deja de consumir es compensada por una dieta cuya solidificación empieza desde las dos semanas de vida.