De acuerdo con el experto, los ganaderos deben aprender a elegir un animal de un biotipo adaptado al ecosistema, con lo cual no solo se conserva el medio ambiente sino que además se logra una mejor productividad. (Lea: La importancia de implementar la ganadería regenerativa)

 

“No podemos estar trayendo animales desadaptados porque esos causan daños, no aprovechan lo que hay. (…) Para esto, se debe clasificar ganado para saber qué descarta y qué no, porque cuando lo hacen cometen muchos errores”, indicó Aristizábal.

 

De esta manera, recordó las 6 características que se evalúan para seleccionar a un bovino, mencionadas en un artículo previo, a saber: pelaje y pigmento, estructura y dimorfismo sexual, condición corporal, aplomos, órganos genitales y ganancia de peso.

 

En este sentido, recordó que más allá de elegir un animal por su raza o su productividad, se debe revisar primero su eficiencia y su adaptabilidad al medio, especialmente a la hora de los cruces. (Lea: Ganadería colombiana, rumbo al desarrollo ambiental sostenible)

 

Por ejemplo, son conocidos los casos de ganaderos que sirven vacas de tamaño medio como Jersey con semen de toros grandes, dando paso a serias complicaciones a la hora del parto. De igual manera, los requisitos de energía son mayores en un bovino más grande que en uno más pequeño, aunque puede que sus necesidades adicionales sean menores.