José Miguel Granados Franco*, productor de Cundinamarca, fue contundente en su opinión: “Nunca le vendería un litro de leche ni compraría productos de Colanta”.

 

Pero su afirmación no obedece ni mucho menos a un capricho, él argumenta que “en la enlechada que hubo en noviembre del año pasado, Colanta se cerró y dijo que no iban a recoger la leche sino determinados días. La gente sufrió en esa época porque no sabía qué hacer con toda esa cantidad de litros”. (Lea: Colanta, una marca reconocida que no paga bien a los productores)

 

No solamente ha sido la negativa a recoger la leche sino también la arbitrariedad con la cual fijan el precio, lo que ha hecho que el productor se niegue a hacer negocios con la empresa antioqueña. Para él, este tipo de actuaciones dejan mucho que desear del proveedor serio que dice ser.

 

También le molesta el hecho de que la empresa opere de esa forma con el único interés de cambiar su enfoque comercial, al pretender reemplazar el negocio de la leche por el de la carne. Granados manifestó que no hay nada malo en su objetivo, el problema es el método que utilizan.