Como es habitual en su columna de opinión, Miguel Ángel Lacouture hizo un análisis de la coyuntura actual de la ganadería e hizo hincapié en un tema que ha despertado todo tipo de hipótesis: el aumento del precio del ganado. (Lea: Ganadería colombiana sigue ampliando sus horizontes)

Aseguró que en los últimos años el sector encontró un nuevo nicho de mercado como lo es la exportación en pie. Considera que es un negocio floreciente en constante crecimiento que viene presionando al mercado nacional dada su alta demanda mercado Global (264 000, 2020).

Sostiene que con la aparición de este eslabón de la producción bovina, se hace necesario especializar territorial y genéticamente las regiones, acompañándolas con un programa fuerte y dinámico de trazabilidad, lo que permitirá cumplir con la alta demanda y fortalecer la producción nacional. Es decir, volverla cada día rentable y atractiva, así dejar atrás los tiempos de constantes inconvenientes económicos.

“La ganadería ha tenido que enfrentar el estigma del terrorismo, abigeato que azota de manera inmisericorde al empresario del campo, junto al sacrificio ilegal, a eso hay que agregarle la caída de los ingresos de la pandemia. Incluso en algunas regiones la disminución en el volumen del sacrificio fue de hasta el 40 % con relación al año anterior. Es decir, nada tiene que ver la caída del consumo con la falta de suministro de metería prima a los frigoríficos por causa de las exportaciones en pie; la caída de la oferta y alza promedio de los precios del ganado en esta época del año son una constante cíclica que van de la mano del invierno y verano del trópico en Colombia”, describió. (Columna: Buen momento ganadero)