Se trata de tres en el municipio de Támara al norte del departamento y uno, el más reciente, Tauramena, al sur del Casanare, según indicó el Responsable de la coordinación epidemiológica del ICA en Yopal, Jhon Alvarado.

En Tauramena el último caso reportado fue en 2012 lo cual hizo que los ganaderos se relajaran y dejaran de vacunar anualmente.

En la zona de Támara se siguen atendiendo notificaciones por lo que es posible que aumenten los focos de la enfermedad ya que se está a la espera de los resultados del laboratorio. (Lea: ¿Estamos presenciando la reemergencia de la rabia en Colombia?)

El problema tiene gravedad en cuanto que la enfermedad es zoonótica, es decir, se puede transmitir a las personas, y por eso cada vez que se detecta un foco positivo de rabia se convoca al comité departamental de zoonosis donde el ICA, en compañía de otras instituciones como secretarías de salud y comités de ganaderos, deben implementar medidas para tratar de controlar los focos.

En sí la enfermedad no es que cause grandes pérdidas económicas porque en los predios afectados muere uno o dos animales y ahí para la situación, señaló Alvarado.

En Támara se tuvo el reporte que ganaderos y trabajadores de fincas hicieron manipulación de los animales infectados, algunos les dieron agua o melaza, otros intentaron sacarle la lengua para revisar que no tuviera un elemento extraño dentro de la boca y ese accionar se convierte en una fuente de contagio.