Lejos está en las mentes de la dirigencia gremial repetir la historia de crear grupos de autodefensa o similares. Hoy la herramienta por excelencia es la civilidad, que significa dialogo, acompañada de solidaridad para enfrentar amenazas, y desde luego, gobernabilidad. Por eso acompañamos a las autoridades, para que las autoridades cumplan la ley.

El país se venía acostumbrando a los horrores de las tomas de haciendas que prácticamente a diario se producían en el Cauca, que hacían grupos números argumentando que estaban recuperando las tierras ancestrales, o que no tenían tierras o que las iban a poner a producir.

Con el creciente avance de estas invasiones en las que participan muchas personas y que se caracterizan por una atemorizante agresividad que llega hasta la quema de los cultivos y la destrucción de las casas, también se empezó a generar una situación de desconcierto en la medida en que el gobierno no se pronunciaba al respecto y más aún, cuando el presidente Petro al Cauca, pero las invasiones seguían.

"Una cosa es lo que hablen allá y otra cosa es lo que hacemos acá", advertían los invasores, tal como lo muestran los videos que ruedan en las redes sociales, que evidencian un franco desafío a una nueva gobernabilidad cuyo objetivo es precisamente proveer tierras a quien no las tenga o posean insuficiente, para que con ello Colombia se convierta en una potencial mundial de la vida.

La reconocida periodista Salud Hernández ya lo había denunciado con gran claridad en las postrimerías del anterior gobierno y los peligros en entrañaba. “Esto no es una historia de ricos y pobres. Esto es una historia de defensa de la propiedad privada y de la absoluta inutilidad del Estado para garantizar un derecho que protege la Constitución. Hoy son finqueros que tienen caña, y que los han invadido. Mañana puede ser Usted. ¿Defendemos la propiedad privada o no?”. (Muerte a fincas: ¿Muerte a propiedad privada?, Revista Semana 22_02_2022).