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Pautas para obtener un alimento de calidad para bovinos

Con el objetivo de garantizar su potencial nutricional, técnicos del INTA, junto con la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF), la Universidad Nacional de Villa María, asesores privados y empresas del sector, realizaron un documento que resume en diez puntos las buenas prácticas para su elaboración, indicó INTA
 
“El henolaje de alfalfa, erróneamente denominado silo de alfalfa, es un método de conservación química que consiste en cortar el forraje, orearlo hasta alcanzar un porcentaje de materia seca de entre un 45 % y 55 % y embolsarlo o empaquetarlo”, señaló Federico Sánchez –especialista en forrajes conservados del INTA Manfredi, Córdoba–, quien agregó: “Este proceso permite que se genere una fermentación láctica para su correcta conservación”.
 
A lo largo de los años, las técnicas para la confección del henolaje incluyeron distintos sistemas, maquinarias y prácticas. En la actualidad, el guardado de la alfalfa cortada en bolsas plásticas facilita que el proceso fermentativo se desarrolle en condiciones adecuadas.
 
“Si bien se trata de una práctica habitual en los establecimientos ganaderos, muchas veces recibimos consultas sobre momento de corte, contenido de humedad recomendado para el guardado, tamaño del picado y tipo de embolsado, por ejemplo”, detalló Sánchez. 
 
En este sentido, Gastón Urrets Zavalía –especialista de la misma unidad del INTA– destacó que “el momento de corte es clave a la hora de obtener calidad en el henolaje”. “Debe realizarse cuando se encuentra en botón floral para lograr la mejor combinación entre cantidad y calidad de materia seca digestible”, aclaró.
 
 
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