Enrique José Molina, zootecnista con maestría en Desarrollo Sostenible, trabaja junto con su hermano Carlos Hernando en la hacienda Lucerna, donde su abuelo paterno adquirió el predio y su abuelo materno desarrolló la raza colombiana que lleva el mismo nombre.

 

Durante varias décadas, la familia ha logrado consolidar el nombre de la hacienda, no solo por los ejemplares Lucerna, sino también por ser un referente de la ganadería en el país. (Informe: Así funcionan los ciclos productivos de las ganaderías)

 

Cuando se le pregunta a Molina si esto se debe a la elección de los bovinos criollos y colombianos, pues también cuentan con animales Hartón del Valle, el experto defendió que no se trata tanto de una raza específica como sí de pensar en el sistema de producción.

 

“Entendemos que hay ganaderos que trabajan con razas introducidas, obteniendo resultados muy inciertos, porque siempre pensamos que lo mejor está en otras partes y no nos fijamos en lo nuestro. Eso hace que los recursos genéticos que se han desarrollado localmente no tengan la trascendencia que deberían”, sostuvo.

 

Más allá de alcanzar altas producciones o de generar elevados réditos, el zootecnista señaló que la hacienda Lucerna es una empresa familiar consciente de su responsabilidad social y ambiental, que constituye un objetivo primordial. (Lea: Alternativas para la suplementación energética)

 

Por esta razón, todos los días se preocupan en ofrecer productos más sanos para los colombianos sin impactar negativamente el medio ambiente. Así, su ganadería funciona sin agroquímicos ni hormonas, y aplicando los medicamentos y antibióticos estrictamente necesarios.