La ganadería siempre ha vivido en constante lucha y defensa de sus intereses. Por más de 60 años, el conflicto del país ha perjudicado a millones de productores a lo largo y ancho del territorio. Asesinatos, secuestros, extorsiones y desplazamientos, son algunos de los delitos que han sufrido quienes con vacas y toros han querido hacer patria.

 

Recientemente, se ha sumado el hecho de que empresarios que adquirieron tierras de buena fe, pero que aún no están tituladas, se encuentran en riesgo no solo de perder la inversión sino de ir a prisión por cuenta de la Ley de Restitución de tierras que aprobó el Estado.

 

A todas las dificultades que enfrentan a diario los productores por cuenta de la inseguridad, el alto costo de insumos, bajo precio que les reconoce la industria, devaluación de la moneda, entre otros, se suma la falta de apoyo de un Gobierno que se ha mostrado interesado en fracturar la unidad gremial, entorpecer los procesos y destruir lo que tardó años de esfuerzo y dedicación en consolidarse.