Daniel Cadavid Londoño, representante legal de la Asociación de Ganaderos y Agricultores del Bajo Cauca y el Alto San Jorge, Asogauca, explicó que una vez se terminaron las lluvias, se percibieron los daños que dejó las intensas lluvias de abril y mayo.

 

“Cuando el agua se retira, se pueden ver los pantanos, los daños en las infraestructuras y corrales, los puentes, las vías internas, cercos y los pastos que quedan totalmente afectados”, sostuvo. (Lea: Fedegán se solidariza con los productores damnificados por el invierno)

 

El Bajo Cauca antioqueño fue una de las zonas más perjudicadas por las lluvias, a raíz del desbordamiento de los ríos Cauca y Nechí. Se inundaron cerca de 58 mil hectáreas, de las cuales el 30% tardará en recuperarse.

 

Para hacer frente a la crisis, el líder gremial solicitó apoyo de las administraciones locales para asistir a los ganaderos damnificados por esta ola invernal, en materia de alimento para los animales y arreglo de los corredores veredales.

 

“Cuando hay afectados y pueblos inundados, hacen mucho escándalo, pero cuando ya baja el agua y se acaba la crisis, los productores quedan abandonados a su suerte”, lamentó Cadavid. (Lea: Ganaderos dudan que ayudas lleguen en caso de un invierno prolongado)

 

Al norte del país, en la región Atlántica, también se presentaron graves problemas por efecto de las lluvias. Milagro Ojeda, presidenta de la Asociación Departamental de Ganaderos de La Guajira, Asogagua, contó que municipios como Barrancas y Fonseca vivieron emergencias por inundaciones.