Alfredo Díaz Lizarazo* es un importante ganadero del Valle del Cauca que solicitó el servicio de identificación de su ganado hace más de un año. Al cabo de ese tiempo, el productor solo tiene palabras de decepción a la hora de expresar su opinión sobre el programa.

 

“Las chapetas no sirven porque se caen mucho. Las pusieron una vez y el hombre no volvió, nunca lo pudimos conseguir. Lo ideal era que nosotros tuviéramos las etiquetas e hiciéramos las marcas pero no resultó. Yo no vuelvo a participar en eso”, sentenció. (Lea: Ganaderos no trazan animales por falta de seguimiento del ICA)

 

El ganadero manifestó su enojo por la falta de seguimiento y la displicencia del personal que alguna vez lo atendió y jamás volvió a su finca. Para él, no tiene ningún sentido continuar con el proceso si no hay control.

 

Su molestia también se debe a que las chapetas que se colocan en las orejas de los animales son de “pésima calidad”. Son dos dispositivos, uno con un chip y una etiqueta plástica, que se caen continuamente y se dañan porque se enroscan o se quiebran.

 

“Ya ha pasado año y medio desde que las pusimos. A los 3 meses volvimos a llamar al contratista del ICA, que no era empleado de planta sino que le pegaban por etiqueta puesta. Como nunca más volvió, entonces tenemos animales de año y medio que no tienen orejera”, dijo.