Alejandro Velezmoro, presidente de Asowagyú no ocultó su satisfacción ante el hito que van a marcar hoy. Sabe que estructurar una cadena eficiente de comercialización en la que se involucre productor primario, gremio, frigorífico y comprador final no es fácil y menos cuando la materia prima con la que se trabaja tiene un costo muy por encima del acostumbrado en el país. (Crónica: De Japón a Colombia: El recorrido del Wagyu para llegar a nuestra tierra)

 

Pese a esa barrera, la asociación fue el puente para que un miembro pudiera vender un toro puro Wagyú de la línea Tajima cuyo peso fue 527 kilos y se espera un rendimiento en canal cercano al 60 % y un nivel de marmoleo 2 o 3 por encima de la escala prime de Estados Unidos.

 

“El criador ha hecho un esfuerzo titánico de ensayo y error con previos sacrificios, por eso tuvo que hacer varias modificaciones en materia de alimentación y la línea genética con la venía trabajando. Eso permitió obtener los resultados con los que hoy podemos salir al mercado a sacrificar el animal para entregarlo a un grupo gastronómico de Bogotá”, argumentó.