Colombia parece sufrir la enfermedad de Urbach-Wiethe, dolencia exótica que inhibe al cerebro para reconocer el peligro y, en consecuencia, quien la padece, sencillamente…, no siente miedo. Qué falta hoy nos hace el miedo frente a la amenaza que se cierne sobre un país a riesgo de perder su democracia y su futuro. más›
En la tragedia griega, Prometeo decide ayudarles a los mortales; les enseña los números, los oficios y, la mayor osadía, roba el fuego del Olimpo en una caña encendida para regalárselo a los humanos, sumidos en la oscuridad y el abandono. Por designios de Zeus y su caterva de dioses mezquinos, es encadenado a un risco y paga con su libertad por ello. más›
La actual industria láctea es un vestido pequeño para una ganadería de leche que, a pesar de sus enormes limitaciones, sigue creciendo orgullosamente. más›
Está sobre el tapete en medios y redes la discusión sobre las importaciones de leche en plena pandemia y su afectación sobre el pequeño productor ganadero; discusión de siempre sobre un problema de siempre. ¿Qué pasa realmente? más›
En Colombia, en pleno siglo XXI, la comercialización de leche cruda debería estar prohibida en ciudades de más de 100.000 habitantes, pero la política pública se detuvo en este aspecto durante la era Santos. más›
Estados Unidos no negocia con terroristas, pero un presidente demócrata no tuvo reparos en instar al gobierno colombiano a que hiciera lo que ellos no hacen, designó enviado especial a las negociaciones, ¡en Cuba!, y permitió que su secretario de Estado se reuniera con las Farc –el hoy prófugo Márquez incluido–, un grupo que estaba en su lista de terroristas desde 1997 y reconocido por la DEA como narcotraficante. más›
A qué juega Ernesto Samper, expresidente de la República y, en tal condición, excomandante de las Fuerzas Militares de Colombia, cuando afirma que en el ejército hay “soldados entrenados” para violar a menores de edad. ¡Casi nada! más›
Cuando leo el borrador del decreto sobre hipoteca inversa, coincido con algunos analistas y con el Gobierno en que no es una solución al problema pensional, pero sí un instrumento que, debidamente reglamentado y protegido de la voracidad del sistema financiero, representa una opción para quienes trabajaron toda su vida por “tener donde caerse muertos” y, literalmente, les está sucediendo, porque se quedaron con su casa y una pensión mínima o, simplemente, sin ingresos. más›

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