El pasado fenómeno de El Niño provocó una de las peores sequías del país en los últimos años así como cuantiosas pérdidas para los productores del sector agropecuario.

 

Julián Arboleda, ganadero y médico veterinario de Caldas, notó un hecho extraño recién se acabó el invierno atípico que ocurrió a comienzos de este año. (Reportaje: Ganadería puede contribuir a la conservación de fuentes hídricas)

 

“Muchas fuentes hídricas recuperaron su volumen nomal, aunque hay otras tantas que claramente no volvieron a aflorar agua. Si se vuelve a presentar un fuerte verano como el que sucedió el año pasado, sería muy grave por la escasez del líquido”, constató.

 

Se trata de nacimientos y arroyos que atraviesan las fincas y que constituyen una importante fuente de agua para los productores que no tienen acceso a reservorios de agua o a pozos profundos.

 

De acuerdo con el experto, las quebradas y los pequeños ríos también se secaron, pero recuperaron su caudal una vez iniciaron las lluvias. (Crónica: La finca ganadera que contribuye a la conservación de los páramos)