Ricardo Prieto* es propietario de una finca en zona rural de Sahagún dedicada a la ceba de bovinos. Allí alberga cerca de 500 bovinos, con los parámetros más estrictos de higiene, pues se está preparando para certificar su ganadería en BPG.

 

Cada año espera con gran interés la campaña de vacunación para mantener a sus animales sanos, no solamente para comercializarlos, sino porque es consciente de la importancia de mantener un hato inocuo. (Lea: Graves denuncias del antiguo programador de ciclo en Valle del Cauca)

 

Sin embargo, en los últimos 3 ciclos ha experimentado diversas dificultades que lo hacen temer por el estatus sanitario de su finca y por la posibilidad de seguir manteniendo a sus semovientes en las mejores condiciones.

 

El último percance ocurrió hace unos días, cuando el vacunador se presentó en su finca para inocular a los animales, pero según le dijo al administrador, “él no podía hacerlo porque los animales eran muy grandes”.